If you hear He-Man singing cuarteto, you know you are in the right place.

Ah listo pero no sabes el pedazo de domingo que tuve.



Sí, dije domingo. Sí, el día que nunca haces nada, sí el día que siempre estas al pedo con resaca viendo partidos de fútbol de equipos de países de nombres impronunciables o en su defecto haciendo zapping a un ritmo de 30 rotaciones por minuto, para después terminar viendo con la mirada perdida “El último pasajero” , programas de mierda si los hay, pero lo ves, porque no tenés nada que hacer y no lograste apretar el botón de cambiar de canal lo suficientemente rápido como para no quedar idiotizado con la mirada hipnotizante de Guido Casca o el orto de alguna de las minitas que andan por todo el estudio en pelotas gritando “vámos equipo rojo/azul/lalala”. Y así se te va todo el día, en calzones, claro, porque mirá si te vas a cambiar para hacer NADAAAAAAA.

Anyway, como les decía. El domingo fui con unos amigos a ver un partido de hockey y, contra todos sus pronósticos (malditos lectores), no, no fui a ver minitas en pollera, sino que fui a ver a un amigo que si ganaba, ascendía. Y así fue. Y también fue que ese mismo día, festejaban en su club (donde se jugó el partido) EL DÍA DE LA CERVEZAAAA. Que-despelote. O sea no, listo, se fue todo al carajo. Cumbia y cuarteto al re palo a las 6 de la tarde, con un día increíble y cerveza para regar todo el amazonas por un año, o dos, o tres yo que sé, mucha pero mucha birra. Estos alemanes sí que saben...

Ya desde las 4 de la tarde que arrancamos viendo el partido con un chop en la mano, porque tenías que comprarte tu chop, no podías ir por la fiesta sin parecer un ebrio sin rumbo zigzagueando a la luz del sol con tu chop bajo el brazo (sí, bajo el brazo…como si fuera un diario). Y cuando digo tenías que comprarte tu chop, es en serio. O sea, sino no te daban birra. Era como una especie de seguro de despelote. El partido terminó tipo 6 y ya estabamos todos medio del culo. Fue ahí cuando nos mandamos a festejar con el equipo (SAG) y un tsunami de fernet hinundó las gargantas de todos los presentes e incluso algunas remeras como por ejemplo la mía. De disc jockey teníamos al clon de HE-MAN, quien cantaba cuarteto como un desenfrenado y puso la fiesta “en la pera” (yo tampoco se que quiere decir, pero tengo un amigo que usa esas frases). Entonces, más o menos el panorama era este: Mucha gente super ebria a las 7 de la tarde, cada uno con su chop en la mano lleno de cerveza-fernet-cerveza-etc, bailando “amor clasificado” cantada por HE-MAN. Yeah…that’s right.

-Oh por dios, de donde viene ese cuarteto??
Llegué a casa tipo 2 am, pero solo para buscar los tickets e ir a bajonearme una hamburgueja al vapor en McDolar porque en la fiesta no pude hacerme un minutito para satisfacer mis otras necesidades básicas (ej.:comer) porque estaba muy ocupado satisfaciendo otra de ellas (ej.: despeló).

Al otro día…

No, listo, no podía con mi vida. “Por dios mátenme!! Maatenmeeeeeee”, hubiera gritado si hubiese tenido las fuerzas necesarias. Pero mi barrita de energía estaba en rojo titilante. A todo esto, el domingo NO SE COMO, me mordí la lengua de una manera que ni te cuento, todavía me duele. O sea, fue masoquismo puro no se que onda. No recuerdo como goma fue, pero no saben como duele…sí, todavía duele y estamos aaa…miércoles, encima hablo como gangoso. Llegando al laburo, me compre algo para comer y así tomarme un ibupirac con algo en la panza y no morir de una úlsera. También me compré unos chicles. A la hora de pagar ($5) veo que tenía $4 y monedas, y fue ahí cuando me invadió la sensación de “ok, que carajo hice anoche con la guita”. Llego al laburo y me doy cuenta que me había olvidado las tarjetas para entrar (el peor? No, no todavía…). Una vez adentro, llego a mi escritorio y me siento a comer las talitas, pero cuando agarro el paquete leo “sabor cebolla”. O sea, no way que me mande cualquier cosa “sabor cebolla” en el laburo, es prácticamente causal de despido. Sí, qué boludo. En eso suena el teléfono del interno. Atiendo, era mi jefe:
-Che, te acordás que hoy te venías a mi escritorio durante todo el día hasta que te armemos otro box definitivo? Dale, traé tus cosas y venite.

My worst nightmare se había materializado. Así que me pasé todo el día mirando a mi jefe a los ojos y NO mirando a mi pc, porque “oh casualidad” la muy perra se rompió justo ese mismo día. A la media hora de hablar como gangoso (muy gangoso), con ojeras que parecía disfraz de halloween, mal afeitado (se imaginarán que aproveché hasta el último minuto para dormir, mirá si me iba a levantar para afeitarme) y con cara de “legalicen la eutanasia”, mi jefe does the obvious question:
-Che Nico, estás bien?
-[silencio]
-Nico…
-[Unhanging himself up from the cuelgue]…eh? Sí, sí, por?
- No sé, te noto medio mal…
- Ah no, es que me mordí la lengua
- No te vas a desmayar, no?
- No no, mira si me voy a desmayar…

Que boludo, again. Debería haberle dicho que me sentía mal! una persona se puede sentir mal por diversos motivos, no solo por resaca, maldito ebrio!!! Además, mirá si va a pensar que te la re volaste el domingo…o sea…el domingo entendes?

Pero bueno, a la velocidad que procesaba mi cerebro en ese momento, tengo que estar agradecido de no haberle contado como terminé con toda la remera llena de fernet el día anterior…A la hora, pensé en mandarme un chicle porque mi aliento apestaba de tanto tener la boca cerrada (mi táctica era mantenerme callado tanto como me fuera posible y así limitar al máximo la cantidad de pelotudeces que podría llegar a decir, promedio que ascendía a casi dos por palabra). Pero claro, para que carajo me compré los chicles si con la lengua tal cual la tenía no podía ni chupar un chupetín.

Así que for the record, la proxima vez que piensen “seee me la re vuelo, total al otro día voy al laburo con resaca…”, think twice, you little adolescente irresponsable.