Es verdad que el cigarrillo es terriblemente adictivo y que la primera impresión que todo fumador tiene, y sostiene, es que es imposible dejarlo, pero la verdad es que no lo es. No creo que haya ciertos pasos a seguir, ya que no todos dejamos el vicio de la misma forma. Pretendo que esto sea más bien una guía para dejar de fumar o, más bien, un texto que relate las etapas por las que uno pasa, o al menos por las que yo pasé (el título es simplemente para que salte en google). Hace tiempo que quiero escribir sobre mi experiencia de dejar el cigarrillo, con la esperanza de ayudar por lo menos a una persona a dejar de hacerlo y con suerte mantener a otros fuera.
Antes que nada (porque es largo, y sé que si lo pongo al final muchos no lo llegarán a leer), les cuento que si les parece interesante, pueden "compartirlo en facebook", para ayudarme a difundirlo. Es una pavada, sólo tienen que hacer click en el link de la barra de la derecha donde dice "Compartir en Facebook", justo arriba del logo de FIUBA.
Hace ya casi dos años que no fumo, no recuerdo la fecha exactamente. Aunque suene desmotivante, no me considero un no fumador, sino más bien un fumador en rehabilitación o algo así. Desde que dejé la última vez, no toqué un cigarrillo. Ni una pitada, nada. Pero no fue tan grave como dicen, es mentira que una vez que dejás de fumar, vivís con ganas de fumar el resto de tu vida. Mentira. No fumé porque no quise, pero sé que tampoco puedo asegurar que si el día de mañana me prendo un pucho, no voy a tener ganas de volver a hacerlo al día siguiente.
Antes que nada (porque es largo, y sé que si lo pongo al final muchos no lo llegarán a leer), les cuento que si les parece interesante, pueden "compartirlo en facebook", para ayudarme a difundirlo. Es una pavada, sólo tienen que hacer click en el link de la barra de la derecha donde dice "Compartir en Facebook", justo arriba del logo de FIUBA.
Hace ya casi dos años que no fumo, no recuerdo la fecha exactamente. Aunque suene desmotivante, no me considero un no fumador, sino más bien un fumador en rehabilitación o algo así. Desde que dejé la última vez, no toqué un cigarrillo. Ni una pitada, nada. Pero no fue tan grave como dicen, es mentira que una vez que dejás de fumar, vivís con ganas de fumar el resto de tu vida. Mentira. No fumé porque no quise, pero sé que tampoco puedo asegurar que si el día de mañana me prendo un pucho, no voy a tener ganas de volver a hacerlo al día siguiente.
Antes de empezar, unas palabras sobre el cigarrillo.
Ventajas
...
(sí, esas son las ventajas)
Desventajas
El cigarrillo es malo. Así de corta. Hace mal a la salud, deja mal aliento y mal olor. No sólo te hace mal a vos, sino a los que están a tu alrededor. No me hago el puritano, pero dejemonos de joder, el cigarrillo apesta, y encima cuesta plata. No te parece el colmo que uno tenga que pagar para eso? Y no me vengan con eso de "yo pago por el placer de fumar un cigarrillo", el cigarrillo es un vicio adquirido, nada más. El único placer que sentis es el que te provoca llenar ese espacio que el cigarrillo mismo te llevó a crear. ¿O me vas a decir que tu primer cigarrillo te gustó?
Motivaciones: La clave para dejar de fumar
Como dije antes, para dejar de fumar, hay que querer hacerlo. Esto es, uno tiene que tener una motivación, un objetivo que alcanzar para el cual el cigarrillo sea un obstáculo. En mi caso, mis motivaciones fueron varias. Antes que nada, no quería terminar como Sandro, con un tubo de oxígeno al lado y un grupo de fans ya acariciando los 70 (aunque esto último probablemente no tenga nada que ver con el cigarrillo). Porque sí, todos vamos a morir, pero no todos de una forma lenta y dolorosa. Y no se ustedes, pero yo no soy lo suficientemente emo como para tirarme debajo del 60. La verdad la idea de terminar con enfisema me daba pánico, y sabía que si seguía fumando iba a terminar así. Además, me encanta hacer deporte y, claramente, el cigarrillo era un problema. Ultimamente no corría ni el bondi, y los sábados cuando jugaba al fútbol, me quedaba sin aire a la mitad del primer tiempo. Mi tercera y última motivación, fue que no me quería sentir preso de algo que sabía que no tenía nada bueno. Cada vez que me prendía un pucho, lo miraba y pensaba "esto no tiene nada bueno para mi, cuesta plata, deja mal aliento, mal olor y hace mal", acto seguido sacaba el encendedor y me prendía un cigarro. Bueno, eso me daba, no bronca, IRA. Era preso de algo que no quería.
Además, hacía poco tiempo un par de amigos habían dejado de fumar, lo que me hizo creer que sí se podía; hasta ese entonces era más bien como una de esas historias de algo que le pasó a un amigo de un amigo del garitero del vecino, que uno nunca sabe con certeza qué tan factible es, y tiende a pensar que esa persona seguro no tenía el vicio tan pegado como uno y esas huevadas, con tal de seguir fumando (porque a veces uno es así de pelotudo).
Además, hacía poco tiempo un par de amigos habían dejado de fumar, lo que me hizo creer que sí se podía; hasta ese entonces era más bien como una de esas historias de algo que le pasó a un amigo de un amigo del garitero del vecino, que uno nunca sabe con certeza qué tan factible es, y tiende a pensar que esa persona seguro no tenía el vicio tan pegado como uno y esas huevadas, con tal de seguir fumando (porque a veces uno es así de pelotudo).
Cómo empecé a fumar
Como mucha gente, empecé a fumar de pendejo. Tendría unos 14 años cuando probé mi primer cigarrillo. Pasa que fumar, era cosa de grandes (así lo veíamos en ese tiempo)y, uno como bien pendejo que era, quería hacerse el grande. Y bueno, empezamos a fumar porque se supone que eso hacian los capos, no? Digo, porque la verdad que cuando empezás a fumar, te mareas y tosés, y la posta es que el primer cigarrillo no te gusta. El segundo tampoco, y el tercero....no, el tercero tampoco. Eso es lo increible del cigarrillo, que uno se crea el hábito forzadamente. Y el responsable de eso no es nadie más que uno y la sociedad en la que vivimos. Hay que dejar de dar a entender que fumar es de capo, de gente grande, con convicciones y segura de si misma, como pretenden mostrar los comerciales de marlboro. Todo lo contrario. Repetí conmigo "el cigarrillo es una poronga".
Primero fumaba con mis amigos a escondidas, nos comprábamos un atado entre 5; después fumábamos sin importar que nos viera el resto, siempre y cuando no estuvieran nuestros padres cerca (eramos capos pero no tanto). Más adelante, uno ya tenía uno que otro atado por ahí escondido, incluso empecé a fumar en mi casa, a escondidas. Todavía no puedo creer que mis viejos no se hayan dado cuenta. Si vas más de 6 veces al baño por día y te quedás 10' cada vez que vas, es facil macho, o tenés cagadera o vas al baño a fumar o a hacerte la paja. Y uno no se clava 3 pajas por día ni vive con cagadera.
Seguí fumando a escondidas hasta que un día me encontró mi viejo, y ya no hubo nada más que ocultar. De alguna manera que todavía no entiendo, los convencí de que me dejen fumar en casa. Creo que usé como argumento que mi vieja fumaba y que mi viejo fumó mucho tiempo, y con qué derecho me iban a decir ellos que no fume cuando ellos mismos estuvieron en mi lugar. Ahora bien, digo, con qué derecho? Que tal con algo como "porque somos tus padres y no se nos canta las pelotas"? Realmente, el hecho de que me dejen fumar en casa, fue un punto de inflexión. El día que empezás a fumar en tu casa, ya está, es cuestión de tiempo para que te vuelvas un adicto. Y si tus viejos te dicen "dejá ahora que estás a tiempo", tienen razón. Pero un consejo para los padres: para decir eso y que realmente cause algún efecto, díganlo sin un cigarrillo en la mano.
Primero fumaba con mis amigos a escondidas, nos comprábamos un atado entre 5; después fumábamos sin importar que nos viera el resto, siempre y cuando no estuvieran nuestros padres cerca (eramos capos pero no tanto). Más adelante, uno ya tenía uno que otro atado por ahí escondido, incluso empecé a fumar en mi casa, a escondidas. Todavía no puedo creer que mis viejos no se hayan dado cuenta. Si vas más de 6 veces al baño por día y te quedás 10' cada vez que vas, es facil macho, o tenés cagadera o vas al baño a fumar o a hacerte la paja. Y uno no se clava 3 pajas por día ni vive con cagadera.
Seguí fumando a escondidas hasta que un día me encontró mi viejo, y ya no hubo nada más que ocultar. De alguna manera que todavía no entiendo, los convencí de que me dejen fumar en casa. Creo que usé como argumento que mi vieja fumaba y que mi viejo fumó mucho tiempo, y con qué derecho me iban a decir ellos que no fume cuando ellos mismos estuvieron en mi lugar. Ahora bien, digo, con qué derecho? Que tal con algo como "porque somos tus padres y no se nos canta las pelotas"? Realmente, el hecho de que me dejen fumar en casa, fue un punto de inflexión. El día que empezás a fumar en tu casa, ya está, es cuestión de tiempo para que te vuelvas un adicto. Y si tus viejos te dicen "dejá ahora que estás a tiempo", tienen razón. Pero un consejo para los padres: para decir eso y que realmente cause algún efecto, díganlo sin un cigarrillo en la mano.
La vida de un fumador
Mi experiencia como fumador es que cuando uno fuma, planea todo alrededor del cigarrillo. Te levantas, te prendes un pucho. Desayunas, salís para la facu, te prendes otro en el camino. Tomás el tren, te bajas, te prendes un pucho. Esperás el bondi, te prendés un pucho porque sino no viene (o al menos esa era la excusa). Hora y media de clase, salis y te prendés un pucho. Comés, te prendés un pucho. Terminás de estar con una mina, te prendés un pucho. Te tomás una birra, te prendés, mínimo, un pucho. Y así todo el día, todos los días. Son todos cigarrillos programados. Tan es así, que se pierde la noción de si uno está fumando porque quiere, por hábito o porque lo necesita. Estoy de acuerdo con que son pocos los cigarrillos que uno realmente fuma porque quiere, y que la mayoría son para saciar una necesidad.
El cigarrillo es realmente un factor a considerar por todo fumador en cualquier decisión que toma. La pregunta basicamente es siempre la misma: ¿se puede fumar?. Si no se puede fumar donde sea que vayamos, probablemente lo pensemos dos veces antes de decir que sí. Yo incluso consideré la posibilidad de no salir con una chica porque en su casa no se podía fumar (sí, así de grave es el tema). En la facultad era prácticamente imposible que pase toda una clase sin irme a fumar un pucho, volver, y no entender qué carajo estaban explicando. Por eso pensaba "el día que empiece a laburar, más vale que se pueda fumar, sino cagué". Y en la mayoría de los laburos eso no es posible, todo un problema. Sin ir más lejos, algo tan simple como ir a tomar una cerveza con una chica a algún bar, es toda una odisea si no hay un sector para fumadores. También lo es juntarse a estudiar con amigos que no fuman, es decir, realizar toda actividad grupal para un fumador, requiere que uno la piense dos veces, porque si no se puede fumar, entonces tenemos un problema. Si no sos fumador, seguramente no entiendas como es que puede pasar algo así, pero creeme que pasa.
El cigarrillo es realmente un factor a considerar por todo fumador en cualquier decisión que toma. La pregunta basicamente es siempre la misma: ¿se puede fumar?. Si no se puede fumar donde sea que vayamos, probablemente lo pensemos dos veces antes de decir que sí. Yo incluso consideré la posibilidad de no salir con una chica porque en su casa no se podía fumar (sí, así de grave es el tema). En la facultad era prácticamente imposible que pase toda una clase sin irme a fumar un pucho, volver, y no entender qué carajo estaban explicando. Por eso pensaba "el día que empiece a laburar, más vale que se pueda fumar, sino cagué". Y en la mayoría de los laburos eso no es posible, todo un problema. Sin ir más lejos, algo tan simple como ir a tomar una cerveza con una chica a algún bar, es toda una odisea si no hay un sector para fumadores. También lo es juntarse a estudiar con amigos que no fuman, es decir, realizar toda actividad grupal para un fumador, requiere que uno la piense dos veces, porque si no se puede fumar, entonces tenemos un problema. Si no sos fumador, seguramente no entiendas como es que puede pasar algo así, pero creeme que pasa.
Ser conciente de tu situación: no te hagas el pelotudo
Es necesario sabér donde uno está parado. Es común escuchar a gente decir "yo puedo dejar cuando quiera, lo que pasa es que no quiero". Puede ser verdad para aquellos que fuman un cigarrillo casualmente, y que están en esa situación hace ya varios años. No se si esa gente tiene razón al decirlo, pero si hace años que estan en la misma situación y nunca fumaron más que un par de cigarrillos a la semana, es probable que sigan así. Pero son raras las exepciones, la gran mayoría generalmente tiende a fumar cada vez más y disfrutar cada vez menos. Si no estás seguro a qué grupo perteneces, fijate si estás de acuerdo con las ventajas y desventajas del cigarrillo que mencioné antes. Si es así, entonces probablemente quieras dejar, pero no puedas.
El día que dejé
En realidad no fue un día solamente. Antes de lograr dejar por un tiempo considerable, hubo varios intentos. Una vez duré 20 días, otra una semana, otra dos días, y así. Pero no considero esos intentos como fallidos. Creo que es necesario que uno pase por esa etapa para luego poder dejar definitivamente, porque uno se va haciendo la idea de que no es imposible dejar, y si todavía pensaba que "dejaba cuando quería", ahora sabe que no es así, y que para lograrlo va a tener que ponerle huevo al asunto.
La última vez que dejé de fumar, hace casi dos años, me acuerdo que estaba durmiendo, y tenia esa tos de perro, seca, bien de fumador. Y no me podía dormir. Me venían como olas de calor y me tapaba y destapaba constantemente. Todas las sábanas transpiradas, un asco. No era la primera vez que me pasaba, de hecho, era algo relativamente común. Todos los años me enfermaba así por lo menos una vez, y cuando me iba de vacaciones ni hablar, me era imposible aguantar el ritmo de mis amigos sin caer en cama con esa tos de mierda (acá es cuando mis amigos me dicen que soy un mariquita). Cuestión, me enfermé y esa noche me calenté para el carajo. Me enojé con el cigarrillo. Me levanté de la cama, agarré el atado de Phillip Morris, abri la ventana y lo tire a la mierda. Sacado. Me acuerdo que lo puteé como si fuera una persona "andate a la bien a la concha de tu vieja", o algo así. Me dije a mi mismo que al día siguiente no iba a tocar un cigarrillo, y me fui a dormir. Y así fue, ese día no toqué un cigarrillo. Creo que la tos (que todavía seguía ahí) ayudó a mi fuerza de voluntad, pero sin esta última, la tos no hubiera sido distinta a cualquier otra. Y eso fue todo lo que dije, "mañana no fumo", en ningún momento me planteé dejar de fumar de por vida, creo que eso de decir "este es mi último pucho" es algo bastante difícil de cumplir, lo digo porque lo he intentado, y la verdad es que cuando se te acaba ese cigarrillo decis "uy pará, fue muy cortito", y te querés prender otro.
La última vez que dejé de fumar, hace casi dos años, me acuerdo que estaba durmiendo, y tenia esa tos de perro, seca, bien de fumador. Y no me podía dormir. Me venían como olas de calor y me tapaba y destapaba constantemente. Todas las sábanas transpiradas, un asco. No era la primera vez que me pasaba, de hecho, era algo relativamente común. Todos los años me enfermaba así por lo menos una vez, y cuando me iba de vacaciones ni hablar, me era imposible aguantar el ritmo de mis amigos sin caer en cama con esa tos de mierda (acá es cuando mis amigos me dicen que soy un mariquita). Cuestión, me enfermé y esa noche me calenté para el carajo. Me enojé con el cigarrillo. Me levanté de la cama, agarré el atado de Phillip Morris, abri la ventana y lo tire a la mierda. Sacado. Me acuerdo que lo puteé como si fuera una persona "andate a la bien a la concha de tu vieja", o algo así. Me dije a mi mismo que al día siguiente no iba a tocar un cigarrillo, y me fui a dormir. Y así fue, ese día no toqué un cigarrillo. Creo que la tos (que todavía seguía ahí) ayudó a mi fuerza de voluntad, pero sin esta última, la tos no hubiera sido distinta a cualquier otra. Y eso fue todo lo que dije, "mañana no fumo", en ningún momento me planteé dejar de fumar de por vida, creo que eso de decir "este es mi último pucho" es algo bastante difícil de cumplir, lo digo porque lo he intentado, y la verdad es que cuando se te acaba ese cigarrillo decis "uy pará, fue muy cortito", y te querés prender otro.
La primer semana: la lucha contra la ansiedad
Al segundo día, charlando con mi viejo le conté el episodio del día anterior y me dijo "y por qúé no probás no fumar hoy tampoco? mañana si te pinta te prendés uno". Tranquilamente podría haber dicho que no, pero no me pregunten por qué, dije que sí. Aguanté todo el día bien, pero llegó la noche y me quería fumar un arbol entero. Busqué cigarrillos por toda la casa, pero no encontré. Mis viejos no estaban, así que no les pude manguear ninguno. Desesperado, consideré salir a comprar (como hice mil veces, incluso con lluvia y de noche), pero me acordé de la noche anterior y me dije "bancatelá, no seas tan cagón" (sí, a mi me sirve tildarme de cagón para juntar pelotas). Entonces me acosté en la cama, y me fuí a dormir. Al día siguiente junte valor, y plata, y me fuí al kiosco a proveerme de chupetines, chicles y caramelos, con el fin de no fumar ese día. Y así fue. La verdad es que los primeros días, uno sufre los síntomas de abstinencia, y por poco uno no empieza a caminar por las paredes. Los primeros cuatro días son desesperantes, no les voy a mentir. Por eso es clave reemplazar el cigarrillo con alguna otra cosa como chicles y chupetines. Igual no se preocupen que el tema de los chicles y chupetines no es permanente, es sólo los primeros días (igual súmenle una cepillada de dientes más a su régimen habitual). Traten de hacer actividades que no sean compatibles con el cigarrillo, como por ejemplo salir a correr. De esa forma descargan la ansiedad y matan el tiempo, dos cuestiones claves en lo que hace a la primer semana. A mí me funcionó.
Los días que siguieron: La cerveza, una prueba letal.
Tuve la suerte de haber dejado un domingo, el fin de semana estaba lejos, lo que me dió tiempo a pasar esos días de ansiedad antes de tener una cerveza en frente mio. Todo fumador sabe que no se puede tomar una cerveza sin fumar un cigarrillo. Es como si no se vendieran por separado, como cagar sin mear. Es imposible. Pero por suerte yo había pasado ya los primeros cuatro días, y ya notaba una gran disminución en la ansiedad. Sabía que la cerveza era una prueba clave y, en lugar de evitarla, me propuse ver que pasaba. Ese viernes salí a tomar unas cervezas con amigos a "El Cubil" (legendario bar de Olivos, que para tristeza de muchos ya no está más). Nos sentamos, y me pedí una birra. Cuando la tuve delante pensé en prenderme un pucho, pero no sentí ansiedad. Pensé en prenderme un pucho porque eso es lo que venía haciendo hace ya varios años, sin exepción, y porque tenía buenos recuerdos de lo que era un cigarrillo con una cerveza. Pero era un pensamiento racional, no era un impulso irresistible como los que había experimentado los días anteriores. Y es ahí cuando no hay que ser pelotudo. Si ya pasaste lo más difícil, y lo que querés es dejar, entonces usá la cabeza y no fumes. Cuando sientas que aflojás, tratá de acordarte por qué estás queriendo dejar. La parte impulsiva del vicio ya la dejaste atrás, ahora es cuando tenés que luchar contra la parte racional. Acá no va echarle la culpa a la abstinencia. En este punto, es una cuestión de actitud.
Descubriendo los beneficios.
Después de los primeros diez días, que son sin duda los más difíciles, uno empieza a ver los beneficios de no fumar. Te levantás y no tenés el cuarto lleno de humo. Tenés más plata en los bolsillos, siempre notás que te sobran unos pesos al final del día. Te levantás de buen humor, porque sentís que lograste algo que jamás pensaste que ibas a poder. Yo estaba convencido de que no iba a poder dejar, menos en epoca facultativa (no me imaginaba estudiando sin fumar un cigarrillo). Podés salir a lugares donde ántes no hubieses ido porque no te dejaban fumar. Sentís que podés hacer deporte, que las piernas ahora te sirven como medio de transporte además que para mantener de pié tu culo gordo y flácido de tanto estar sentado haciendo huevo. Además, hay mucha gente a la que no le gusta salir con un fumador (tanto mujeres como hombres), por lo tanto, ahora tenés un mercado mucho más amplio de posibles pretendientes!
La crisis de los dos meses: cuando los beneficios se pasan por alto
Hoy te levantaste feliz porque podías ver? Lo dudo mucho. Lo que pasa es que uno está acostumbrado a poder ver. Si uno fuese ciego, y de pronto pudiera ver, entonces estoy seguro de que sería el día más feliz de su vida. Bueno, lo mismo pasa con los beneficios. A mi personalmente, al llegar los dos meses de haber dejado de fumar, comencé a ver los beneficios de no fumar como algo "que siempre estuvo ahí". Me acostumbré a los beneficios, y empecé a preguntarme "por qué no volver a fumar?". Es increible lo huevón que puede ser uno a veces. Y casi vuelvo a fumar. Hubo una semana que estuve ssssss muy cerca de prenderme un pucho. MUY. Y acá hay que ponerle pelotas, muchas pelotas. Uno es su propio enemigo, no te dejes convencer por vos mismo. Una situación comparable, es cuando hay una mina que no te tenés que comer porque sabés que la bardeás, pero después de tomarte unas cervezas le querés entrar a toda costa. Todas y cada célula de tu cuerpo te dice "dale boludo entraleee"; lo único que te puede salvar es recordar por qué quisiste dejar en un principio y convencerte de que ántes pensabas claramente, y ahora no, y que por eso mismo, la decisión que tomaste tiempo atrás debió haber sido la correcta. Pura racionalidad acá muchachos, porque si te dejás llevar por lo que creés, la bardeas. Y digo "la bardeas" porque esta situación no es permanente, dura un par de semanas, nada más. Y tirar todo el esfuerzo que hiciste por un sólo momento de debilidad, eso es bardearla.
El último tramo
Una vez que pasaste esos primeros meses,ya está casi todo hecho. Te vas a dar cuenta cuando entres en esta etapa porque vas a notar ese primer día que pase sin que siquiera pienses en el cigarrillo. Los primeros meses, el muy sorete está ahí, latente, pero con el tiempo uno se olvida. Y me parece clave remarcar esto que ya mencioné antes: Es mentira que uno vive siempre con ganas de fumar. Ántes me sorprendía cuando pasaba un día sin pensar en fumar, ahora puedo decir que casi nunca pienso en fumar. Y cuando pienso, lo veo desde afuera, como algo que dejé atrás y estoy orgulloso de haberlo hecho. Fuera de joda, lo veo como mi mayor logro. Quien fuma sabe lo difícil que es dejar y, quien no fuma, ojalá nunca lo sepa.
Buenas, lo leí todo a pesar de no ser fumadora. Aca Gaby (mi prima) esta dejando de fumar, digamos que la primera motivación es la plata, pero vale al menos como motor. Le voy a hacer leer tu post porque creo que la va a ayudar.
ResponderEliminarEs cierto que es clave pensar en el esfuerzo del día a día, como todas las cosas que uno quiere en la vida.
Sumo a las desventajas que la mayoría de los fumadores son maleducados, quieren fumar donde sea y tiran las colillas en cualquier lugar. Basta con intentar caminar una cuadra sin ver una colilla en el piso, es algo imposible. Gracias por compartir la experiencia. Saludos
Terrible post te mandaste!
ResponderEliminarMuy bueno.
Saludos
Le estaba poniendo pilas,,me interesaba lo que ponias...pero cuando iba por el 25% medio que como no fumo ni nunca fume, me lime las pelotas y lo deje...
ResponderEliminarcomo conclusion, prefiero prenderme un pucho que fumarme todo este post jajajaj.
Diganle NO al cigarrillo, se los dice un individuo que vendio su alma al diablo con tal de crecer a nivel personal..muaahhaahaaa
jony T.T
Bueno, vemos aquí un típico comportamiento flogger de mi amigo Jony que no puede leer más de 3 párrafos porque se aburre. Te voy a regalar la Pronto para que leas mientras vas al baño! jaja
ResponderEliminarNah, igual, gracias por leer, aunque sea un poquito =)
Me provocó ternura este post. No sé porqué, estoy sensible o___O
ResponderEliminarOdio el cigarrillo. El olor, la ostentación de quienes lo consumen, no sé, creo que es un juguete para gente que no es naturalmente cool, claro...
Si te ponés nervioso chupáte un pico dulce. Huevo.
En fin, no estoy inspirada como para escribir algo medianamente interesante.
Menopausia prematura? Jajaja. Si me escucha mi madre, me degolla.
Gracias por tu firma, Tyler??? ah?
No tendrás la gripe chanchuna, no?
ResponderEliminarNo descanso nada, tengo dos parciales en puerta.
Yo también pertenezco a la honorable Universidad de Buenos Aires.
JA!
Ojalá te enfríes pronto!
¡Bien ahí que dejaste hace tanto de fumar! Interesante texto.
ResponderEliminarFumar siempre resta 20 puntos. Es una de las actividades a mi criterio más asquerosas y repulsivas de las personas.
Saludos!
Lo termine! sisi, muy bueno nico, realmente felicitaciones por dejarlo y ojala no vuelva a ser parte de tu vida, porque coincido en q el q cigarrillo no tiene absolutamente ninguna ventaja. Ojala se pudiera extinguir porque es algo q no solo hace mal a quien lo consume sino a las personas q lo rodean, como bien mencionaste... nuevamente felicitaciones, por dejar el cigarrillo y por lo q escribiste al respecto. Beso ferra!!
ResponderEliminarRominita: ya estoy mejor, así que no, no es la porcina :)
ResponderEliminartiacosas: gracias cosa, tu testimonio verifica lo que dije al respecto de que se amplía el mercado de posibles pretendientes jaja
mile: que te puedo decir...siempre leés lo que escribo, gracias por darme ganas de escribir genia!
Nico me encanto el texto :)
ResponderEliminarSe hizo muy muy llevadero y se nota tu vivencia a pleno.
felicitaciones.
chul.
Hay que tener cuidado por que el mal aliento puede ser causa de una grave y penosa emfermedad llamada halitosis, aca les dejo un blog con mas informacion al respecto http://mal-aliento.blogspot.com
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