Probabilidad popular para niños

Pueden preguntarle a cualquier persona que me conozca, les va a saber decir que soy un remador por naturaleza. Para bien o para mal. Nunca tuve la suerte de apoyarme en una barra con mi fernet y esperar que las mujeres caigan, más bien siempre tuve que ponerme la cinta y salir al asecho con el cuchillo entre los dientes. Puede parecer que tenga éxito con las mujeres, pero nada más lejos de la realidad. Es más bien una cuestión de prueba y error. Si me va bien, es porque el número de ensayos es alto (el que no arriesga no gana, señores), esa es mi manera de superar la baja tasa de éxito. De cien, alguna me tiene que dar bola, macho.

Ahora que aprobé Estadística Técnica y tengo licencia para hacerme el entendido, voy utilizar los conocimientos aprendidos en dicha materia para el bien de la comunidad en este texto denominado "Probabilidad Popular para Niños", en honor a aquella conductora que supo hacer de nuestra infancia una llena de alegrías y fantasías sexuales prematuras.

Se acuerdan de la conductora de Mecánica Popular para Niños, no?

Como futuro ingeniero, entiendo que para interpretar y analizar fenómenos complejos, siempre es bueno determinar qué modelo se ajusta a dicho fenómeno para de esta forma poder entenderlo y tratar de lograr los mejores resultados posibles; así que el texto siguiente pretende transformar lo lindo del arte de la seducción en una tarea fría, analítica y completamente deshumanizada (no me digan que no suena prometedor). Lo que viene a continuación surgió en una charla con Juan, un amigo de la facu, mientras hacíamos tiempo para rendir Materiales en un Mc Donald's de las vecindades de la sede de Las Heras, así que en lo que a derechos de autor respecta, los meritos son todos suyos (señoritas interesadas en el mail de mi amigo, consultar en ventanilla). Comencemos.

En lo que respecta al chamullo, encare, pesca, arrime de bochín (llámenlo como quieran), podemos considerarlo como una variable binaria. Básicamente, el encare puede tomar dos valores: éxito o fracaso. Uno puede argumentar que hay distintos grados de éxito y de fracaso, pero en esta primera aproximación, vamos a pasarlos por alto. En otro momento nos adentraremos un poco más en las variantes que hacen del encare algo místico y tan complejo como el motivo de por qué carajo Nazarena Velez sale en la televisión.

Como les decía, todo se reduce a éxito o fracaso. No vamos a tener cuenta el tiempo, aunque bien podríamos hacerlo si analizáramos el fenómeno en un intervalo de tiempo determinado, como por ejemplo: un sábado a la noche. Pero ya bastante complicadas son las mujeres, personalmente veo más probable que logre resolver el cubo mágico 3,1416 veces a descifrar las reglas que rigen su pensar. Así que para no complicar el asunto todavía más, vamos a considerar tanto el tiempo como el número de mujeres, ambos infinitos. En estas condiciones, podemos considerar la “distribución encare”, una binomial, donde

n=número de encares

p=probabilidad de éxito

El axioma fundamental que rige esta teoría, es que la probabilidad de éxito es dato. La misma, “p”, depende de diversos factores como ser: el lugar, la facha, la labia, incluso la época del año puede considerarse un factor clave a la hora de determinar “p” (en invierno, cuando los mocos chorrean y escasean las carilinas, la tasa de éxito disminuye notablemente).

En lo que a mi respecta, el boliche está lejos de ser mi superficie preferida, me siento como Nadal jugando en Wimbledon pero sin el estilo ni la categoría. Puero huevo. Prefiero la verdulería, la parada del bondi, el supermercado, cualquier bar, incluso el polvo de ladrillo, entre otros; pero en el boliche tengo menos levante que tenedor en sopa. Me considero un jugador de dos tiempos, necesito por lo menos cinco minutos para agradarle a una mujer. Si de la caripela hablamos, quedo descalificado en primera ronda. Y en el boliche las mujeres suelen estar a la defensiva, probablemente resultado de la enorme cantidad de pesados que las acosan incesantemente, esto hace inevitable que, por agrupamiento, ya de entrada me consideren insoportable. Incluso si logro mis cinco minutos de fama. O es que en el boliche las mujeres quieren ir directo a los bifes y cinco minutos es perder el tiempo, o es que realmente soy un pelotudo (esta última parece ser una teoría que cada vez cobra más fuerza en el ambiente). De todas formas, este modelo sirve para cualquier situación que se nos pueda presentar.

Pero no nos vayamos del tema. En una binomial, la esperanza (E) viene dada por la siguiente relación

E=n.p

La esperanza viene a ser la cantidad de éxitos esperada en “n” intentos. Por ejemplo, Brad Pitt tiene un p=0,999, sin importar donde se encuentre. Es decir, que de 1000 encares, se espera que 999 resulten exitosos. Pero para nosotros, los mortales, este valor es notablemente más bajo y varía de un momento a otro.

A pesar de que no podemos determinar “p” con exactitud, cada uno puede inferir un número aproximado para “p”, basado en la experiencia propia. Si fueron 100 veces a un boliche, y ganaron 10 veces, entonces podrían darle un valor de 0,1 (por ejemplo) en esa “superficie”. Esto es algo que van a manejar ustedes, y va a determinar en gran medida que tan bueno o malo será el ajuste del modelo a la realidad.

Una vez determinado “p”, lo que debemos hacer es trabajar sobre “n”, el número de encares. Con un valor de “n” lo suficientemente grande, todos podemos ganar. Eso es lo bueno de este modelo, bajo cuyas raíces se esconde una ideología marxista. Sexo para todos, señores. A no bajar los brazos. “Persevera y triunfarás” es el lema que promueve esta teoría. Si tiramos un par de tiros y vemos que no agarra, hay que tomar nota y que sirva para afinar nuestra puntería. Tenemos que aprovechar todas las posibilidades de aumentar “p”. Válido es consultar con amigas (sí, creo en la amistad entre el hombre y la mujer), que nos cuenten qué sirve y qué no. Aprendamos de quienes saben, instruyámonos tanto como podamos, pero siempre manteniendo el valor de “n” tan alto como sea necesario para que, por lo menos una, nos de pelota.

Edit: Es un proceso Bernoulli, pero la distribución de la que estamos hablando es una Pascal, ya que se busca el numero de intentos "n" necesario para lograr "r" éxitos. Si r=1, entonces hablamos de una geométrica. (gracias JuanM por notar el error!)