Cualquier ser que se aprecie de tener un pito entre las gambas sabe que encarar no es fácil. Uno no nace sabiendo como tirotear a una mina, no nace sabiendo qué decir ni cómo ni cuándo decirlo. Uno nace más bien un analfabeto en cuestiones de levante, y con el pasar de los años se va curtiendo, adquiriendo nuevas destrezas, desarrollando estrategias y artimañas que de a poco le van permitiendo a uno hacerse paso a través de este mar de mujeres despiadadas. Porque sí, las argentinas son bastante jodidas. Algunas son macanudas pero siempre está esa hija de puta que te va a decir que no, hagas lo que hagas. También está esa conchuda que simplemente se da vuelta haciendo como que no existís y te dan ganas de gritarle todos los improperios juntos, precedidos por el adjetivo calificativo "gorda" que siempre queda tan bien en una puteada. Esta especie de mujer no razona, simplemente te dice que no porque se le cantan las pelotas y listo, probablemente porque está muy buena Y LO SABE. A esas hay que mandarlas a la concha de su madre, pero tomemonos un segundo para respirar profundo y no generalicemos. También existe el mercado de mujeres dispuestas a acceder ante una buena propuesta, mujeres que saben lo que quieren o mujeres que van de shopping sin saber bien qué están buscando pero están dispuestas a comprar si encuentran algo lindo. Ese es nuestro target, para conquistar esas mujeres es que el hombre entrena día y noche, las 24 horas, los 365 días del año y el 29 de febrero los años bisiestos.
No voy a ponerme a enumerar todas las técnicas que existen por diversos motivos. Primero que no las sé y segundo que son miles y no tengo ni el tiempo ni las ganas de escribir semejante choclazo sólo para darme cuenta que omití la mitad; pero el motivo más importante es que estaría defraudando a mi género. Estaría tirando a la basura cientos de años de evaluación y evolución, de prueba y error que dieron lugar a un complejo armamento de levante con un sin fín de armas de todo tipo, desde bombas de destrucción masiva hasta rifles de alto calibre capaces de conquistar a una mujer con un solo tiro. Y qué derecho tengo yo para tirar tanto esfuerzo a la mierda? Tampoco quiero correr el riesgo de que alguien se violente y me cascotee la puerta de mi casa al grito de "abrí hijo de puta". Así que no.
En cambio les voy a hablar de lo malo que soy para levantar en los boliches, que es mucho menos peligroso tanto para mi integridad física como para la supervivencia de la especie. Empecemos.
El tennis se juega en distintas superficies, lo mismo pasa con el levante. Uno puede ir de levante practicamente en cualquier lugar que se le ocurra, y cada uno tiene su superficie preferida. Personalmente, no me siento cómodo en ninguna en particular, pero me siento terriblemente discapacitado para encararme una mina en un boliche. No es que sea algo completamente irracional que no pueda explicar, todo lo contrario, debe ser que lo pienso demasiado y por eso no puedo evitar sentirme un perfecto idiota cuando me acerco a una mina en un lugar así.
Estamos bien al tanto de cómo funciona la cosa: Llega el fin de semana (es decir el jueves, y probablemente de acá a dos años estemos hablando de volarnos la peluca el mismísimo lunes) y uno se junta con amigos, toma algo y después sale para algún lugar a mover las caderas con la idea de pasar un buen rato y si uno tiene suerte, de levantar alguna minita en el proceso. Es decir, puede que en realidad el único fin sea ponerla pero ,caballeros, permítanme cierta cintura esta vez que estoy tratando de ser diplomaticamente correcto con las señoritas.
Un boliche es un lugar donde hay mucha gente con ganas de ponerla, otro tanto con ganas de que se la pongan, y una minoría que todavía no se sinceró. Entonces están todos ahí apretados bailando al rítmo de lo que sea que suene, esperando el momento oportuno para encarar o ser encarados. Si de levante hablamos, no puedo evitar pensar que a veces lo único que hacemos es tiempo hasta juntar las pelotas para ir y tirarnos un piletazo, porque apuesto a que si agarrás algún tipo al azar en el boliche y le preguntás qué preferiría estar haciendo, si haciendo el pasito de "próvocame" como un gil en rondita o apretando con una minita contra la pared, salvo que el chabón sea Disco Stú, seguro elije la minita a no ser que tenga algún impedimento para hacerlo, como ser una novia o que ande con unos gases inmanejables. Y esa gran farsa me molesta, me siento un pelotudo yendo a encarar a una minita en un lugar así, lo que no quiere decir que nunca lo haga, porque a veces las ganas son más fuertes sobre todo si estás ebrio; pero no puedo evitar sentirme un tarado sacando a bailar a una mina o hablándole pelotudeces del calibre de "cómo te llamás?" o "qué haces de tu vida?" cuando en realidad lo que quiero es quilombo ahí nomás. Me parece una reverenda mierda ese protocolo pedorro. Me hace acordar al locutor de "La Aventura del Hombre" cuando explicaba en detalle el ritual de apareamiento de los animales. Lo peor de todo es que la mina compra. La piba quiere que te le acerques y le hables, le digas dos o tres frases ocurrentes primero, le sonrías un poquito, que la saques a bailar otro tanto y recién ahí tal vez considere la posibilidad de darte cabida. Por qué? No tengo la más puta idea. Señoritas, por favor ilumínenme en este aspecto porque estoy completamente perdido. Como en "Una Mente Brilante", tengo ganas de acercarme a una mina y decirle "escuchame, todo lo que te diga va a ser pura y exclusivamente para que me des bola y podamos hacernos mierda contra esa pared que ves ahí, así que por qué no nos ahorramos las palabras y hacemos la cochinada?". Pero esa le funciona solo a Russel Crow.
Pero como si el exceso de pensamientos que pululan en mi cabeza no fuera suficiente para convertirme en un completo inútil del chamullo bolichezco, existe además otra complicación. Esta viene por parte de las mujeres. En un boliche, las ellas están a la defensiva. Si te preguntás cómo puede ser, qué carajo les pasa a las minas que se muestran tan reacias a la conversación, ahora te cuento la conclusión a la que llegué. Si sos un pibe, con suerte te encararon dos o tres veces en tu vida, y una fue un gay, salvo que seas modelo o rockstar, ponele, pero esos no cuentan. Ahora, si sos mina, es muy probable que cada vez que salis por lo menos un tipo te vaya a encarar. Y ni hablar si estás más o menos buena (nota: más o menos buena), por noche te deben acosar todo tipo de especímenes. El borracho que te quiere decir algo pero le faltan la mitad de las consonantes, el que no sabe que decirte, el que te toca el pelo, el que directamente te manotea el orto, el que te tira la boca y el grupo de rugbiers que directamente van de a 15 y te la apoyan en grupo, entre otros. Todos estos personajes vuelven a la mujer intolerante, motivo por el cuál para que te de pelota es probable que tengas que ser bastante hábil con la selección de palabras que vayas a utilizar o directamente estar buenísimo, todo esto con algunas birras encima y varias letras menos. El exceso de competencia que hay en esos antros lujuriosos es el otro factor que vuelve tan complicado el levante. Es que nos pisamos entre nosotros, muchachos. Por eso voy a citar a algún gran pensador anónimo quien cansado de hacerse la paja en la carpa de Solar del Este dijo alguna vez allá por Gualeguaychú: "Si nos organizamos, cogemos todos".
Pero como no me voy a poner a arengar a nadie para que se organice, simplemente me voy a limitar a ir a bailar y nada más que a bailar. Eso es lo que hago. Ya no pretendo levantar a nadie cuando salgo a bailar, me siento estúpido, las minas me cortan el rostro y además no me sale. Prefiero otras superficies, basicamente cualquier otro lugar que no sea un boliche. Ahí sí que me muevo como pez en el agua. Es que por donde lo mires, conviene. Por donde lo mires.
Siempre es más facil golpear cuando el otro tiene la guardia baja, y en la calle, las mujeres no están a la defensiva. Es en ese momento cuando están más vulnerables. Para cuando se la vieron venir ya te dieron el número de teléfono. Es el factor sorpresa lo que hace mucho más fácil entablar una conversación fluida sin necesidad de preguntar obviedades ni cosas que a nadie le importa. Si estás en la verdulería, podés hablar de que rica ensalada que va a hacer a la noche, o si tiene quien le prepare el asadito para acompañarla. Podés agregar que no se preocupe por la bebida que vos te encargás del vino. Todo es más fácil después de una sonrisa. Además, pocos hombres se animan a tirotear en lugares como estos, por lo que la competencia es prácticamente nula. Cualquier cosa que digas va a ser original. Además, con lo que te ahorrás de la entrada y el escabio, podés invitarla a tomar algo y la hacés completa.
Si uno se sienta y se toma el tiempo para pensarlo, a primera vista no hay ningúna razón por la cuál no debería salir de mi casa y encontrarme en cada esquina con un tipo tratando de levantarse a una mina, pero si le pegamos una segunda mirada, sí la hay. Esa razón es el escabio. Hoy en día la gran mayoría de los hombres somos discapacitados sociales en lo que respecta al encare si es que no tenemos un par de birras encima, y eso, señores, es algo que hay que aprovechar. No tiene sentido estudiar lo que ya se sabe, por eso para qué gastarse tiroteando en los boliches si es mucho más efectivo de esta otra manera? Si no te sale encarar a una mina estando sobrio, practicalo, tal vez sea la diferencia entre encontrar una pareja o quedarte el resto de tu vida tirado en un sillón haciendote la paja y mirando videos de Poringa (ah, qué, no concías Poringa!?). No estoy diciendo que yo sea ducho en esta categoría, pero sé qué es lo que tengo que hacer. Nunca soplan vientos favorables para quien no sabe dónde se dirije, y el que no chamulla no la pone, es así de lineal.
Esta es la teoría, ahora hay que llevarla a la práctica, que siempre es más difícil. Si me preguntan a mi, de tantas veces que me dijeron que no, se me formó un callo en el orgullo así que me tiene sin cuidado. De todas formas, probablemente me digan que no muchísimas veces más, por eso siempre recuerdo lo que dijo Rocky: "no se trata de cuán fuerte puedas golpear, sino de cuántos golpes puedas recibir y seguir yendo hacia adelante" Así que suerte campeón, y a ponerla!
*Este post también lo subí a Taringa! (Edward Norton)
En cambio les voy a hablar de lo malo que soy para levantar en los boliches, que es mucho menos peligroso tanto para mi integridad física como para la supervivencia de la especie. Empecemos.
El tennis se juega en distintas superficies, lo mismo pasa con el levante. Uno puede ir de levante practicamente en cualquier lugar que se le ocurra, y cada uno tiene su superficie preferida. Personalmente, no me siento cómodo en ninguna en particular, pero me siento terriblemente discapacitado para encararme una mina en un boliche. No es que sea algo completamente irracional que no pueda explicar, todo lo contrario, debe ser que lo pienso demasiado y por eso no puedo evitar sentirme un perfecto idiota cuando me acerco a una mina en un lugar así.
Estamos bien al tanto de cómo funciona la cosa: Llega el fin de semana (es decir el jueves, y probablemente de acá a dos años estemos hablando de volarnos la peluca el mismísimo lunes) y uno se junta con amigos, toma algo y después sale para algún lugar a mover las caderas con la idea de pasar un buen rato y si uno tiene suerte, de levantar alguna minita en el proceso. Es decir, puede que en realidad el único fin sea ponerla pero ,caballeros, permítanme cierta cintura esta vez que estoy tratando de ser diplomaticamente correcto con las señoritas.
Un boliche es un lugar donde hay mucha gente con ganas de ponerla, otro tanto con ganas de que se la pongan, y una minoría que todavía no se sinceró. Entonces están todos ahí apretados bailando al rítmo de lo que sea que suene, esperando el momento oportuno para encarar o ser encarados. Si de levante hablamos, no puedo evitar pensar que a veces lo único que hacemos es tiempo hasta juntar las pelotas para ir y tirarnos un piletazo, porque apuesto a que si agarrás algún tipo al azar en el boliche y le preguntás qué preferiría estar haciendo, si haciendo el pasito de "próvocame" como un gil en rondita o apretando con una minita contra la pared, salvo que el chabón sea Disco Stú, seguro elije la minita a no ser que tenga algún impedimento para hacerlo, como ser una novia o que ande con unos gases inmanejables. Y esa gran farsa me molesta, me siento un pelotudo yendo a encarar a una minita en un lugar así, lo que no quiere decir que nunca lo haga, porque a veces las ganas son más fuertes sobre todo si estás ebrio; pero no puedo evitar sentirme un tarado sacando a bailar a una mina o hablándole pelotudeces del calibre de "cómo te llamás?" o "qué haces de tu vida?" cuando en realidad lo que quiero es quilombo ahí nomás. Me parece una reverenda mierda ese protocolo pedorro. Me hace acordar al locutor de "La Aventura del Hombre" cuando explicaba en detalle el ritual de apareamiento de los animales. Lo peor de todo es que la mina compra. La piba quiere que te le acerques y le hables, le digas dos o tres frases ocurrentes primero, le sonrías un poquito, que la saques a bailar otro tanto y recién ahí tal vez considere la posibilidad de darte cabida. Por qué? No tengo la más puta idea. Señoritas, por favor ilumínenme en este aspecto porque estoy completamente perdido. Como en "Una Mente Brilante", tengo ganas de acercarme a una mina y decirle "escuchame, todo lo que te diga va a ser pura y exclusivamente para que me des bola y podamos hacernos mierda contra esa pared que ves ahí, así que por qué no nos ahorramos las palabras y hacemos la cochinada?". Pero esa le funciona solo a Russel Crow.
Pero como si el exceso de pensamientos que pululan en mi cabeza no fuera suficiente para convertirme en un completo inútil del chamullo bolichezco, existe además otra complicación. Esta viene por parte de las mujeres. En un boliche, las ellas están a la defensiva. Si te preguntás cómo puede ser, qué carajo les pasa a las minas que se muestran tan reacias a la conversación, ahora te cuento la conclusión a la que llegué. Si sos un pibe, con suerte te encararon dos o tres veces en tu vida, y una fue un gay, salvo que seas modelo o rockstar, ponele, pero esos no cuentan. Ahora, si sos mina, es muy probable que cada vez que salis por lo menos un tipo te vaya a encarar. Y ni hablar si estás más o menos buena (nota: más o menos buena), por noche te deben acosar todo tipo de especímenes. El borracho que te quiere decir algo pero le faltan la mitad de las consonantes, el que no sabe que decirte, el que te toca el pelo, el que directamente te manotea el orto, el que te tira la boca y el grupo de rugbiers que directamente van de a 15 y te la apoyan en grupo, entre otros. Todos estos personajes vuelven a la mujer intolerante, motivo por el cuál para que te de pelota es probable que tengas que ser bastante hábil con la selección de palabras que vayas a utilizar o directamente estar buenísimo, todo esto con algunas birras encima y varias letras menos. El exceso de competencia que hay en esos antros lujuriosos es el otro factor que vuelve tan complicado el levante. Es que nos pisamos entre nosotros, muchachos. Por eso voy a citar a algún gran pensador anónimo quien cansado de hacerse la paja en la carpa de Solar del Este dijo alguna vez allá por Gualeguaychú: "Si nos organizamos, cogemos todos".
Pero como no me voy a poner a arengar a nadie para que se organice, simplemente me voy a limitar a ir a bailar y nada más que a bailar. Eso es lo que hago. Ya no pretendo levantar a nadie cuando salgo a bailar, me siento estúpido, las minas me cortan el rostro y además no me sale. Prefiero otras superficies, basicamente cualquier otro lugar que no sea un boliche. Ahí sí que me muevo como pez en el agua. Es que por donde lo mires, conviene. Por donde lo mires.
Siempre es más facil golpear cuando el otro tiene la guardia baja, y en la calle, las mujeres no están a la defensiva. Es en ese momento cuando están más vulnerables. Para cuando se la vieron venir ya te dieron el número de teléfono. Es el factor sorpresa lo que hace mucho más fácil entablar una conversación fluida sin necesidad de preguntar obviedades ni cosas que a nadie le importa. Si estás en la verdulería, podés hablar de que rica ensalada que va a hacer a la noche, o si tiene quien le prepare el asadito para acompañarla. Podés agregar que no se preocupe por la bebida que vos te encargás del vino. Todo es más fácil después de una sonrisa. Además, pocos hombres se animan a tirotear en lugares como estos, por lo que la competencia es prácticamente nula. Cualquier cosa que digas va a ser original. Además, con lo que te ahorrás de la entrada y el escabio, podés invitarla a tomar algo y la hacés completa.
Si uno se sienta y se toma el tiempo para pensarlo, a primera vista no hay ningúna razón por la cuál no debería salir de mi casa y encontrarme en cada esquina con un tipo tratando de levantarse a una mina, pero si le pegamos una segunda mirada, sí la hay. Esa razón es el escabio. Hoy en día la gran mayoría de los hombres somos discapacitados sociales en lo que respecta al encare si es que no tenemos un par de birras encima, y eso, señores, es algo que hay que aprovechar. No tiene sentido estudiar lo que ya se sabe, por eso para qué gastarse tiroteando en los boliches si es mucho más efectivo de esta otra manera? Si no te sale encarar a una mina estando sobrio, practicalo, tal vez sea la diferencia entre encontrar una pareja o quedarte el resto de tu vida tirado en un sillón haciendote la paja y mirando videos de Poringa (ah, qué, no concías Poringa!?). No estoy diciendo que yo sea ducho en esta categoría, pero sé qué es lo que tengo que hacer. Nunca soplan vientos favorables para quien no sabe dónde se dirije, y el que no chamulla no la pone, es así de lineal.
Esta es la teoría, ahora hay que llevarla a la práctica, que siempre es más difícil. Si me preguntan a mi, de tantas veces que me dijeron que no, se me formó un callo en el orgullo así que me tiene sin cuidado. De todas formas, probablemente me digan que no muchísimas veces más, por eso siempre recuerdo lo que dijo Rocky: "no se trata de cuán fuerte puedas golpear, sino de cuántos golpes puedas recibir y seguir yendo hacia adelante" Así que suerte campeón, y a ponerla!
*Este post también lo subí a Taringa! (Edward Norton)
EY! TE ESTOY HABLANDO LA CONCHA TUYA!
ResponderEliminar¡jajajajajaja! Con eso, con eso solo, yo te pago el ferné.
¡Que barbaridaT!
¡Besos GENIO! =)
"Un boliche es un lugar donde hay mucha gente con ganas de ponerla, otro tanto con ganas de que se la pongan, y una minoría que todavía no se sinceró".
ResponderEliminarEntre eso y la inclusión de frases tales como "El tennis se juega en distintas superficies, lo mismo pasa con el levante" o "uno nace más bien un analfabeto en cuestiones de levante" hacen de esto un artículo soberbio.
De verdad, so-ber-bio.
Te zarpaste, muñeco. Y groso.
Coincido en que "el protocolo de los boliches" ES una gran farsa, y en que ese no es el lugar más original ni efectivo para encarar.
ResponderEliminarSi fuera dueña de esos blogs que recopilan frases originales de otros blogs, ya hubiera hecho una colección con las que encontré en este posteo... ¡Muy buenas! "Un callo en el orgullo" debe ser la mejor, lejos.
Saludos!
Impecable artículo.
ResponderEliminarQue distinto sería todo en un mundo menos careta y con menos rituales pelotudos.
Cuando termines Ingeniería ponete a estudiar Sociología.
Querido Tyler, muy buen post. No solo es bueno íntegramente por sí mismo sino que, como odio cuando te ponés pesado con el fútbol (igual te leo, tontito, no te pongas mal), pasear las pupilas por acá fué placenterísimo.
ResponderEliminarA lo que iba: El otro día estuve en un boliche toda la noche mirando a un flaquito hermoso. Cuando vi que se iba, lo seguí y le pedí el celular, pero AFUERA del lugar. Sin vueltas, "Hola, ya te vas? Me das tu número?". Listo. O qué taaaanto quilombete???
Si fuéramos todos más sinceros...
Besos para tí!
Un manifiesto, tailer.
ResponderEliminarMis reverencias.
Ex-celente1 y encima la rematás con Séneca ;)
ResponderEliminartal cual men, no sos vos, es el boliche.
ResponderEliminaro el cheboli.
o el che, boli, vamos yendo que acá no ganamos ni en pedo.
abrazo
''Lo peor de todo es que la mina compra. La piba quiere que te le acerques y le hables, le digas dos o tres frases ocurrentes primero, le sonrías un poquito, que la saques a bailar otro tanto y recién ahí tal vez considere la posibilidad de darte cabida. Por qué? No tengo la más puta idea.''
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo
Y contame ya que flaca te da su numero en la calle o te da bola porque me muero aca, jamas imagine algo asi
Chau ferra te re quiero
Martu
Por eso sólo fui una sola vez a un boliche y no quise ir más.
ResponderEliminarASsadsadsadsaddsgd, seria interesante ser encarada en la calle así de repente...
Aguante la calle, Nico sabes que te banco a full, aunque soy un apasionado del rebote en el boliche yo....
ResponderEliminarDESPELOTE FALTAN DOS MESESSSSSSS
"...el grupo de rugbiers que directamente van de a 15 y te la apoyan en grupo..."
ResponderEliminarCallate que esa me pasó. Me quise pegar un tiro. Encima estaba con tres amigos, y me miraban desde la otra punta de la barra cagándose de risa.
Hablando en serio, el problema del chamuyo es que nosotras sabemos que el objetivo es ponerla, pero todavía tenemos la esperanza de que algún idiota se acerque porque le parecés linda y le gusta tu sonrisa y todas esas estupideces que nos hicieron comer los culebrones.
Acá quedan dos opciones: O te dejás de joder y aceptás que el flaco quiere solo eso: Ponerla; o te hacés la histérica hasta que el flaco se canse y se vaya a perseguir a otra o se rinda a decir y hacer todas esas boludeces de telenovela y después te quedes como una pelotuda pensando en el flaco, cuando él se acuerda sólo de tu nuca.
Bien, ¿te gustó? ¿No? Es lo que hay.
Bueeeena semanaaa :D
No podes escribir tanto, pero fue excelente.
ResponderEliminarLas minas odiamos el chamullo barato, sabemos que si se acercan es puro interés personal.
Entonces si encaras, medí las preguntas o los comentarios, el limite es ínfimo, para eso es preferible que apliques una y mil veces "escuchame, todo lo que te diga va a ser pura y exclusivamente para que me des bola y podamos hacernos mierda contra esa pared que ves ahí, así que por qué no nos ahorramos las palabras y hacemos la cochinada?", no vas a poder creer los resultados.
También con el paso del tiempo, calculo o me volví vieja, cada vez tenes menos ganas de ir a boliches, optas bares y la desesperación del tipo por "ponerla" pasa desapercibida.
Hacerse el sota, bailar y no andar encarando, tiene su rédito..no falta nunca la mina que te clava la mirada y te allana mas de la mitad del camino.
Por todo esto no voy a bailar, pero si fuera, preferiría que primero me pregunten cómo me llamo por lo menos para entablar un poco de confianza y que después me digan "escuchame, todo lo que te diga va a ser pura y exclusivamente para que me des bola y podamos hacernos mierda contra esa pared que ves ahí, así que por qué no nos ahorramos las palabras y hacemos la cochinada?". Seguramente si el muchacho me gusta, me sacaría una sonrisa y me ganaría.
ResponderEliminarOjalá hubiera más tipos que encararan sobrios por la calle, son más lindos
"Nunca soplan vientos favorables para quien no sabe a donde se dirije..."
ResponderEliminarEspectacular, verdad absoluta, quedé impresionado Tyler!
Abrazoooo
EXCELENTE!
ResponderEliminarGenial el analisis de la oferta/demanda/competencia! En la verduleria sos monopolio! GANAS o GANAS!
Me encanto tu blog!
Genial. Ge-nial. Todo lo que decís es cierto. A mi actual novia la conocí en la calle.
ResponderEliminarY conozco más de un caso similar.
Es cuestión de sonreir más. Un pibe sonriente llama la atención. SepanloN.
Por otro lado:
1. Dedicarse a bailar en el boliche, paga. Especialmente si te defendés bailando. Como dijeron por ahí, una minita te clava la mirada... y ya está, tenés que ir y tratar de no embarrarla nomás.
2. Lo de "todo lo que te diga va a ser pura..." también paga. Es una cuestión de insistencia. Pero a algunas les copa ese tipo de chamuyo.
3. Tener frases hechas preparadas viene bien. Pero no vamos a andar divulgando sabiduría ancestral.
Yo opino que hay que ser como Russel Crow y jugársela ... o cambiar la táctica. Pintar que tenés algo único, una habilidad diferente, algo especial .. y dejar que vengan a vos
ResponderEliminarhacía mucho q no pasaba, y me vuelve a hacer cagar de la risa, tyler (no literalmente, eso sería feo... bueno, se entiende)
ResponderEliminaracoto: la mina q va al boliche debería saber que todo pibe que la encara es para ponerla. o va a ir a (insert nombre de boliche) a buscar al amor de tu vida?? naahh. con lo cual, puede optar por: no dar cabida al interesado, o darla.
si no da cabida, no hay nada q pueda hacer.
y si la da, russell sale como piña jajajaja
suerte con eso tyler!
saludos!
Hacía rato que no me reía tanto.
ResponderEliminarCoincido en casi todo...
(Hice el post popular en Foros-Fiuba)
Posta que de día los chamuyos se vuelven mucho mas eficientes! Te paso una, quizás si estás todavía entrenando la puedas aplicar:
ResponderEliminarRumbo a la inmobiliaria, lunes a las 10 (diez) de la mañana, medio zombie medio dormida.
Un chico en la puerta de su edificio hablando con el encargado.
Paso caminando por al lado suyo y ahí nomas empezó a caminar a la par mio bajo la frase de "tengo chances?". Así casi una cuadra.
Esquina, semáforo en rojo el "tengo chances" resonando, ya menos zombie, menos dormida, nos pusimos a charlar.
Preguntas del estilo: que hacés? vivis por aca? nombre? teléfono? dni? estas casada? tenés mascota? que gusto de helado preferís? y todas las boludeces que se te puedan ocurrir en el lapso de un semáforo!
Resultado: número de teléfono y salida posterior.
Entre nos: fue una sola salida por que por mas que tuvo los huevos para encarar sobrio a la mañana de un lunes, todas sus neuronas trabajaron ese lunes y nunca mas volvieron a dar señales de vida.
Quizás si las dosificas consigas mas de una cita!
Yo pienso exactamente lo mismo que vos, me parece genial todo lo que escribiste. Es así.
ResponderEliminarY te tiro una frase de las mías: La inteligencia es inversamente proporcional al levante.
Es por eso también que ni yo ni vos hemos podido levantar una mina.
Saludos!